Historia
Nuestra historia en fotografíasA través de estas fotografías queremos dedicar un hueco en “Recuerdos de Manolete” a su fiel compañera de viaje, su amiga, su amor incondicional e inseparable, su esposa Dolores Heredia Gómez, que ha acompañado a Manolete durante su gran carrera como bailaor profesional del baile flamenco.
Dolores y Manolete se conocían prácticamente desde su infancia, ambos vivían en el Camino de Sacromonte, pero su amistad surgió años más tarde, cuando Dolores, que por aquel entonces trabajaba en el tablao “Los Cabales” (Madrid) junto a su hermano y su hermana, decidió unirse a la compañía de Flamenco de Manolete, y durante su gira por Japón surgió el amor que los acompañaría hasta el día de hoy, del cual nacerían Judea y Giovanna, sus dos tesoros más preciados.
Dolores es el ejemplo a seguir de una mujer luchadora y honesta, trabajando y acompañando a Manolete durante toda su gira, incluso tras el nacimiento de Judea, que acompañó desde una edad bien temprana a sus padres durante giras en diferentes lugares del mundo, como Caracas, Japón, Canadá, Alemania, entre otros. No obstante, y pese a su residencia en Madrid cuando Giovanna nació, Dolores tuvo que dejar los tablaos flamencos de lado, pero su esposo Manolete siempre la animó a seguir adelante con su aspiración y su ímpetu flamenco.
En la familia del tío Manolete vemos una batalla constante por el flamenco, un espíritu de lucha por su trabajo desde el principio de sus días que lo acompaña hasta la actualidad, hecho que les ha permitido tener una vida privilegiada y recorrer los más recónditos rincones del mundo siempre con la palabra Flamenco por bandera, como en la fotografía en la que aparecen Dolores y Manolete tomada en el año 1974 en el tablao “El Cordobés”, situado en las ramblas de Barcelona. Por eso queremos resaltar la figura de Dolores Heredia Gómez, y destacar el lugar que se merece, una mujer familiar, luchadora y trabajadora a toda consta.
A través de esta preciosa y afectuosa imagen queremos conmemorar el recuerdo de Josefa Maya Fajardo, más conocida como “Pepa la del Marote”, figura fundamental en la familia Maya, y un ejemplo a seguir en la tradición flamenca de Manolete.
En la fotografía, Josefa Maya aparece dando el pecho a su hijo más pequeño Lalo Mario Santiago, hermano de Manolete, que por circunstancias de la vida falleció demasiado joven. Desde aquí te mandamos un fuerte abrazo y te recordamos que nunca te olvidaremos.
La imagen describe perfectamente la personalidad y el ímpetu familiar de Josefa Maya, una mujer a quien su hijo Manolete la recuerda ciertamente como su hija Judea, tanto en el baile como en lo personal. Un ejemplo a seguir, familiar, maternalista, rodeada de sus hijos y al reparo de sus nietos, la voz cantante en las bodas y otras celebraciones fiesteras, llena de energía y dispuesta a cualquier cosa por su gente.
En esta adorable fotografía, tomada en torno al año 1996, podemos ver la complicidad padre-hija en los ojos del maestro Manuel Santiago Moya y Judea Santiago Heredia.
La foto fue tomada en una sala de ensayo de la academia de baile Amor de Dios (Madrid) en el momento en que “Manolete” le explicaba un paso a Judea, pero mas allá de cualquier explicación se percibe el amor incondicional en sus miradas, reflejo del alma de un padre que ha sembrado la semilla del flamenco en su hija, ejemplo a seguir de por vida. Y es que un padre vale más que cien maestros.
Cuando preguntamos al maestro Manolete por la figura de Camaron , de su boca con ternura, nostalgia y cierto orgullo humilde, salen las palabras “como hermanos”
En la memoria de Manuel Santiago Maya, quedan decenas de anécdotas vividas con su gran amigo y compañero de lucha José Monge Cruz.
Aquellos años de camaradería y compañerismo en el ballet nacional
1976 sede en Madrid, del Ballet Nacional Español.
Durante los dos años que el Maestro Manolete estuvo dentro del Ballet Nacional bajo la dirección del bailarín y coreografo Antonio Gades, Tuvo la oportunidad de conocer a grandes figuras del bailes como Cristina Hoyos o “El Guito”.
El maestro nos cuenta con orgullo y humildad como tuvo el honor de recibir de Gades la herencia de la coreografía por Farruca que más tarde estrenaría en Sevilla en el teatro Lope de Vega, cautivando al público.
De esta época el maestro Manolete destaca la camaradería y el compañerismo dentro del gremio que caracterizaba el mundo de la danza de aquel entonces.
Escuchar hablar a una figura tan importante en el mundo del baile flamenco, un Maestro con mayúsculas como es Manolete, de sus maestros, con orgullo, con respeto, con humildad y viendo como el recuerdo de aquellos años empañan sus ojos de juventud, de nostalgia, demuestra que el tiempo no se detiene por nadie, pero que si te alías con él y lo aprovechas te hará llegar lejos, muy muy lejos.